martes, 17 de febrero de 2015

San Juan Bautista



Juan Bautista aparece en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Toda su infancia es un misterio hasta el año 27 de nuestra era, en el que empieza a predicar y bautizar. Nació seis meses antes de Jesucristo.

De la infancia de San Juan nada sabemos. Tal vez, siendo aún un muchacho y huérfano de padres, huyó al desierto lleno del Espíritu de Dios porque el contacto con la naturaleza le acercaba más a Dios. Vivió toda su juventud dedicado nada más a la penitencia y a la oración. Como vestido sólo llevaba una piel de camello, y como alimento, aquello que la Providencia pusiera a su alcance: frutas silvestres, raíces, y principalmente langostas y miel silvestre. Solamente le preocupaba el Reino de Dios.
Era un hombre fuerte que se alimentaba de langostas, miel silvestre y vestía una piel de camello. Lucas dice de él que vivió en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel.
La realidad es que bautizaba en la región del Jordán con el fin de limpiar los pecados de los que acudían a él. También bautizó a Jesús y lo reconoció como Mesías, cuando el Espíritu Santo descendió sobre él.
Fue quién denunció la unión incestuosa de Herodes Antipas con su sobrina Herodías, mujer de su hermano. Esto causó gran odio y Salomé, hija de Herodías, a instancias de su madre, solicitó la cabeza de Juan tras haber bailado ante el rey. Herodes le mandó ejecutar en la prisión de Maqueronte, a orillas del Mar Muerto. Después su cabeza fue ofrecida a Salomé en una bandeja de plata.

A mediados del siglo IV el sepulcro de San Juan Bautista era venerado cerca de Naplusa en Samaria. Fue profanado en tiempos del emperador juliano (361), pero San Jerónimo atestigua la persistencia del culto del Precursor en aquel lugar, siendo erigida allí mismo una basílica en el siglo VI. Su festividad se celebra el 24 de junio, este es el único santo al cual se le celebra la fiesta el día de su nacimiento.